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Foto del escritorDavid Cedeno Lopez

El miedo de tomar un seguro

Actualizado: 18 ene 2022

¿Sabías que asegurar tu casa cuesta normalmente lo mismo que asegurar un vehículo?


Cuando estoy dando una charla sobre seguros, suelo hacer el ejercicio de dirigirme a la gente y preguntarles: ¿Quién de ustedes tiene asegurada su casa o su negocio?. La respuesta suele ser siempre la misma: NADIE, o tal vez una o dos personas.


¿Por qué pasa esto? Mucho sin duda por la cultura de la sociedad o su situación económica, malas experiencias del pasado, pero también por la publicidad de los seguros que muchas veces confunden con palabras complicadas o muy técnicas.


Supongamos que Alex, nuestro amigo del día de hoy, está interesado en asegurar su auto que lo compró con mucho esfuerzo. Accede por internet a Google, ingresa al sitio web de la aseguradora que le apareció primero. Busca la opción de seguro vehicular, ingresa los datos del auto y después de unos segundos le aparece la prima. Un minuto, menciona Alex, ¿la prima? ¿LA PRIMA DE QUIÉN?


Como Alex recordó que la prima es el valor que se paga por su seguro, es decir el precio, decide tomar rápido el mismo ya que lo necesita con urgencia. Pues bien, paga el valor y en unos pocos minutos le llega a su correo el texto de su póliza (póliza = contrato). Lee todo, cada detalle, se toma su tiempo, un poquito más de tiempo y después de eso se confunde tanto, pero tanto, que decide confiar en Dios o el universo para que no le pase nada.


Un par de días después, Alex, de puro curioso, decide entrar nuevamente a Google y buscar “seguro de casa”. De repente aparece un listado de opciones que dicen: Seguros de incendio para tu vivienda, que también incluye equipo electrónico, portabilidad de equipo electrónico y robo (entre otras cosas). Alex se acerca con ojos de búho a la pantalla y se pregunta:


¿Cómo es la cosa, incendio? ¿y qué pasa si hay un daño por un terremoto, eso no cubre?

Espera un momento, ¿portabilidad? ¡cómo es que se aplica esooooo!


Con solo esas pocas palabras que aparecieron en la pantalla, Alex apaga su computadora y decide no buscar más. ¡Se volvió a confundir! y por ello nunca supo que el precio de asegurar su casa podría costar casi lo mismo que asegurar su carro y que si llegase a ocurrir algún percance como un desastre natural, no tendría que comprar nuevamente todo desde cero.


Recomendación: No tengas miedo de leer lo que has tomado y si no entiendes algo de tu seguro, busca un especialista que te explique lo más fácil posible.


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